Luego de escribir el
título de esta carta, no me queda más que saludar y agradecer a los
posibles lectores.
Lo que se leerá a continuación no es más que
una sucesión de apreciaciones subjetivas sobre las personas en
general, sin ofender o discriminar a nadie. Aquí solo me interesa
dar a conocer mis críticas, opiniones, en fin, nimiedades de la
rutina cotidiana que, en pocas palabras, me “rompen un
poco-bastante las pelotas”.
Avanzando en lo que
nos concierne, existen, a mi entender, infinidad de acontecimientos
sobre los cuales quejarme. En este caso, optaré por limitarme a lo
que yo llamo “Síndrome Tilingo”.
Es en realidad un caso muy
particular, visto que se encuentra, en mayor o menor medida, en todas
las clases sociales. Para los que ignoran el lunfardo, la explicación
de “Tilingo” proviene de la combinación de “Tonto, Infeliz,
Lacayo, Ignorante, Nabo, Garca, Obstinado” (TILINGO).
Es casi imposible
encontrar una persona que no posea al menos uno de los síntomas del
“S.T” (Síndrome Tilingo). El fácil distinguir quién se
encuentra totalmente afectado por el “S.T”, puesto que presenta
un universo simbólico que se nutre de detalles insignificantes,
simples, estúpidos. Por otra parte, notaremos una tendencia a seguir
tendencias, no solo de moda (como se cree), sino de cualquier
actividad social.
Para exponer un ejemplo, encontramos al “Tilingo
Militante”, sujeto que carece de valores, flaquea en conocimientos
histórico-políticos y sufre graves complejos de personalidad.
Se
podría citar otro ejemplo como el “Tilín-Hippie”, personaje muy
popular estos días, el cual se encuentra en pseudo-movimientos
“revolucionarios”, pero más que nada le gusta la marihuana (y/o
drogas pesadas) y se caga en la gente más que nadie. Así mismo,
esta última clase de gentuza se da el “lujo de ser Tilingo y
Hippie” a la vez, visto que sus padres/madres pueden pagar
semejante idiotez durante prolongados periodos de tiempo. En general
hasta que el niño cumple 37 años.
Ahora bien, algo
importante al momento de enfrentarse a estos seres, es recordar que
no poseen gran autoestima, por lo que un ciudadano ocupado en sus
asuntos puede ser blanco perfecto de abrumadoras historias absurdas
que no llevan a nada.
No se que tiene que ver, pero al Editor le pareció graciosa ponerla |
Estas anécdotas “heróicas”, pero no menos
pelotudas, son usadas con el fin de conseguir algún halago por parte
del receptor. Ejemplo de estas historietas son sucesos relacionados a
trifulcas nocturnas, hazañas descriptas como increíbles, maratones
sexuales, y otra gran cantidad de idioteces que ocurren cuando el
“personaje principal/narrador” se encuentra absolutamente solo.
El “Tilingo” se
esconde entre gente laburadora y la más podrida gente de mierda.
Apunta alto, “quiere cagar más arriba del culo”, como dice la
expresión. La falta de razón, de cuentas claras y auto-crítica son
el primer indicador del “S.T”. Quiero aclarar aquí que no se
debe confundir “careta”, “banana” u otros, con este triste
personaje argentino que se ha denominado “Tilingo”. Es cierto que
tienen cosas en común, pero quien sufre “S.T” se arriesga a más.
Llega a puntos extraordinarios de imbecilidad, egocentrismo,
mitomanía y sumado a esto, sufre de “hijoeputés” crónica.
Finalizando este
espacio de descarga, me despido con unas líneas cortitas del gran
Jauretche:
“Usted lo conoce al tilingo.
Y si no lo conoce, ahí lo tiene al lado, en esta mesa de un café
céntrico donde se han sentado cuatro o cinco tipos con
portafolios.[...] Mientras
llega ´el asunto', hablan de fútbol, de carreras, de política, de
economía.
Cuando tocan estos dos temas últimos, nunca faltará quien diga: "Lo que pasa es que los obreros no producen". Ahí está el tilingo.
No se le ha ocurrido averiguar qué es lo que él produce...”
Cuando tocan estos dos temas últimos, nunca faltará quien diga: "Lo que pasa es que los obreros no producen". Ahí está el tilingo.
No se le ha ocurrido averiguar qué es lo que él produce...”
[Revista Confirmado, junio 1966].
P.D: Volveré si me lo
permite este medio con más críticas. Los políticos, los
conservetas, religiosos extremistas y apocalípticos, los pelotudos
con remeras del Che Guevara disfrazados de revolucionarios, los
policías y todo aquel que se me ocurra para putear entrarán en
próximas cartas.
Muchas gracias.
Peter Pan Cho
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