¡Y vos Chevron, de qué lado estas!

Para todos los ingenuos que pensaban que –nuevamente- nos bajábamos los lienzos frente a un magnate juedeo-masón-imperialista, en la vuelta de Rio Amarillo te contamos porque bancamos el pacto Roca-Rucinman…perdón, YPF-Chevron.

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El tema del último tiempo, que acaparó la atención tanto del cipayo Lanata como la de otros 6, 7 u 8 gatos locos, fue sin duda el arribo de Chevron a Vaca Viva -CFK dixit-. Contó con el visto bueno de Jorge Sapag, el apretón de manos de Galuccio y la supervisación de Kicilove.

Chevron ya está bajando la pala y el pico de la camioneta.

Los Rockefeller jugando un picadito.
De izq a der (algunos): El tio Jacob, los primos Moshé, Shoshán y Shulján Aruj.
Abajo: Ishaiahu (Nacho de Wilde), Tzvi y Pipe Sapag y los trillizos Bongiovani.

El apadrinamiento de la ex Standard Oil a manos de un buen hombre de apellido Rockefeller, tiene larga data en nuestro país –y en el mundo-. Vamos con un poco de historia:

Don Rocke (como le dicen en el barrio) poseía la mini-pymes Standard Oil, la cual, a fuerza de pulmón, tomó escala global en 20 años. El gobierno Yankee, como siempre poniendo coto a los emprendimientos familiares, largó allá por 1870 una ley que restringía los monopolios, declarando ilegal al Standard y a otras.

Y así nacieron las chicas superpoderosas, también conocidas como “Las Siete Hermanas”: Esso (ex Standard de Nueva Jersey), Mobil (ex Standard de Nueva York), Chevron (ex Standard de California: Socal), Gulf Oil, Texaco (Texas Oil Company) y dos compañias pertenecientes grupos económicos europeos: Royal Dutch Shell y British Petroleum (ex Anglo-Persian Oil Company).

Luego de algunos años en los que proliferó la industria, las superpoderosas se instalaron también en Rusia, China,  Afganistán, Laferrere, y otros países tanto de un medio oriente como del otro.

De esta manera, como Don Rocke siempre tuvo alma de mochilero buena onda. Vino a parar acá, en Neuquén. Si, si, acá a un par de cuadras. Asi es que, a pesar de algunas fallas técnicas en Ecuador por la negligencia de algún obrero drogadicto, la empresa obtuvo excelentes críticas alrededor del globo.

Aca vemos al empleado que tiraba los desechos al lago. Seguro fumaba porro.

La Vaca estará mas viva que nunca, el emprendimiento promete el yacimiento más productivo del país. Sin duda, un quiebre (hidráulico) en la historia de los yacimientos argentinos.

Para los críticos de Chevron, ustedes, almas insensibles, no pierdan de vista que la inversión es millonaria (1240 millones de dólares) y de alto riesgo, es decir que las ganancias no están garantizadas, los tipos se la RE juegan.

Y como a Chevron le gusta innovar, no viene al país con convencionalidades. La modalidad “Fracking para todos” es el modo mas seguro e inteligente de extracción de crudo a base de maquinaria pesada y mucha, mucha mano de obra argenta.

Además las divisas serán bien repartidas, las regalías claras y la explotación cuantiosa. Nada que ver con el accionar ausente del neoliberalismo noventoso. Acá las condiciones están bien pensada: fifty/fifty.

Un panfleto hecho por insurrectos ecuatorianos comunistas conspiranoicos homosexuales

 ¡Ah, la última! ¿Quién es el actual CEO de Chevron? Elemental, mi querido Watson. John de nombre de pila, integrante del Council of  Foreing  Relations (CFR). Una sociedad –no tan- secreta que aglutina los cerebros dotados de muchos hombres y mujeres con el fin de salvaguardar la vitalidad global de los Estados. Averigüe usted señora.

Y como siempre, les dejaremos un grito de corazón:

 ¡Viva Chevron, Viva Chevron! 

Compro Metido, Julio

Corresponsal Internacional 

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