“El EPAS te deja plata cuando se te cae un diente”; “en una noche de luna llena, si decís popó tres veces seguidas aparece el EPAS y te deja una caca”; “viernes no te cases, ni te embarques, ni llames al EPAS”; y así, tantas versiones de una misma entidad que forman parte del imaginario neuquino.
Los personajes mitológicos han sido parte de la naturaleza del hombre desde tiempos inmemoriables. Desde el Conejo de Pascuas hasta Papá Noel, las figuras de la imaginación humana han marcado a cada uno de nosotros. Río Amarillo no es la excepción, y este medio también tiene su costado fantasioso. Por ejemplo, este cronista es hincha de Racing.
Lo que uno de nuestros fotógrafos captó en la tarde de ayer prueba que los milagros pueden ser reales, verdaderos. Si señora, si señor: contrario a lo que la tradición afirma, el EPAS no son los padres.
Todas versiones han sido echadas por tierra, a
raíz de la aparición de un camión del fantasmagórico Ente Provincial, en
el centro de la capital.
Si
bien Río Amarillo fuma porro, la imagen no miente.
Tampoco se trata de
photoshop, puesto que nadie en la redacción sabe cómo utilizar ese
programa. Lo cierto es que nuestro fotógrafo, Fabián Verguero, capturó lo
increíble. Los vecinos no dejaban de asombrarse ante el milagro; de
hecho, un anciano sufrió un ataque cardíaco, presa de la emoción y la
sorpresa. Los niños revoloteaban alrededor del extraño vehículo,
embelesados, pidiéndole regalos. Un enfermo terminal que no quiso
identificarse se acercó y tocó el escape del camioncito, en un acto de
fe emocionante. Se quemó la mano, claro, pero así y todo llovieron los
“aleluya!”.
Y
como llegó, se fue. Nadie sabe cómo explicar la visión, pero el hecho
ya tiene repercusiones mundiales: Francisco I brindó una misa
multitudinaria en la Plaza de San Pedro; Barack Obama suspendió la
invasión a Mordor y Fidel Castro fue al baño solito.
Entretanto, Sapag
Jr. intentó hilvanar una frase coherente al respecto, y el intendente
Pechi lloró, aunque se encontraba pelando cebolla para una buena
fugazzeta. Todos reaccionaron al comprobar que el EPAS es de verdad.
El
misterio ahora es saber cuál es la misión de este milagro: ¿será su
tarea divulgar una buena nueva? ¿O su aparición es anunciar el fin del
mundo? ¿Será el pre anuncio de la resurrección del viejo Sapag? ¿O de la
muerte de Sofovich? El mito continúa, ahora más fuerte que antes.
Chupate esa naranja, man.
Por Pismanta & Bauchacet
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