Ayer, una mujer no contenta con planchar mal las camisas y no salar correctamente lo guisos descrubrió que su esposo la engañaba. No trascendió el sexo del tercero/a en discordia.
Típico de la psicología femenina, la mujer engañada sacó la ficha del lugar donde su esposo le rectificaba el buje a un/a acompañante, y se hizo presente en el lugar.
La susodicha esperó pacientemente en lo que popularmente se conoce como "telo". Su esposo, al detectar su presencia, hizo justicia acelerando y atropellando a su pareja, para huir, de una vez por todas.
Al parecer, el muchachito se encuentra prófugo. La mujer, en el hospital, claro.
Fuente: rionegro.com.ar
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