Después de nueve meses de garchar con su pareja, Sofía concurrió a la sala de emergencias del hospital local acusando dolores de tripa. Lo que parecía ser una congestión flatulenta se convirtió en un guachín recién nacido.
Si bien nadie analizó si Sofía comía autitos o le hicieron bullyng de piba, lo cierto es que no se percató de que Andrés no la visitó por nueve meses.
Al parecer, esto es verdad, y durante las ecografías el niño se habría encanutado detrás de algún órgano relativamente pequeño... el hígado o el cerebro de la madre.
Fuente: derf.com.ar
Por Elor Torroto
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