Una mujer china, como siempre, decidió colocarle criteriosamente los cuernos a su dorima. Se habrá creado un usuario en alguna sala de chat barata y jugó hasta que algún tipo le dio bola. Claro, con la suerte puta, de que entre tres mil millones de chinos le tocó el suegro.
Habrían quedado encontrarse en un hotel, sin conocer sus identidades. Pero cuando nuestra querida chinita abrió la puerta de la habitación encontró ni más ni menos que al padre de su esposo haciendo el helicóptero con la pija, mientras saltaba y cantaba "El 38" de Divididos.
Pero no terminó allí, para terminar de decretar que la china era bien boluda, no se percató de que su pareja, a la cual iba a engañar, la siguió, los encontró y los re fajó a los dos. Claro, se lo llevaron detenido.
“Habíamos acordado quedar para una cita romántica, pero cuando abrí la puerta no sé quien estaba más sorprendido, si ella o yo”, dijo el suegro, mientras le relojeaba el toor a la de limpieza.
Por Elor Torroto
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