Un neoyorquino entrenó 50 palomas y las envió a la isla de Cuba para afanar tabaco. En lo que fue un claro intento de desestabilización y atentado contra el gobierno del comandante Fidel, los alados volvieron con once habanos. En el camino, palmaron doce.
Ahora, desea mandarlas a Colombia para que le traigan un poco de cocaína... "merca", para los que leen este medio.
Su mejor ejemplar se llama "Pablo Escobar" y espera venderlo en cien mil dólares. Ningún boludo, nuestro amigo.
Fuente: noticiasabsurdas.com
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