Relató la madre que su hijo, con su probable blanca y alargada nariz, salió a jugar con su bicicleta. Luego, "lo comenzaron a insultar y le pegaron con un ladrillo. Le fracturaron la nariz, lo golpearon, insultaron y le arrojaron su bicicleta a un canal de riego”, dijo.
Señores jueces, fuerzas de seguridad, funcionarios ni un judío golpeado más. Bolivianos, paraguayos y peruanos, tal vez si. Pero ni un judío más. Argentinos estafados, capaz. Pero ni uno de aquellos más.
Fuente: Contrafuego
Por Elor Torroto
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