Un canadiense quiso hacerse el poronga sin brújula, y salió en canoa por un río de Montreal. Según sus palabras, y no se sabe como puta pudo atacarlo en el agua, un oso le dio murra. Lo derribó de la canoa, la cual perdió junto a sus provisiones.
Y lo gracioso de la historia, sumado a esas contradicciones de la vida, el perro fue quien logró ahuyentar al oso. Marco Lavoie, el canaducho en cuestión, mal agradecido, lo mató tres días después re cagado de hambre. No podemos dejar pasar el detalle de que lo hizo a piedrazos.
Al pobre tipo lo encontraron luego de tres meses. Lo primero que dijo fue "Quiero otro perro". ¿Estaba rico?
Fuente: Daily Mail
Por Elor Torroto
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