Aparentemente, no es que a la novia no le había gustado el morfi, sino que tenía un par de problemas alimenticios: anorexia y bulimia.
Andrew, el madrejusticiero, malinterpretó el rechazo. También, claro, y evidentemente, este contabilizaba unos cuantos problemitas. De tendencia innovadora, no sólo usó un cuchillo, también un tenedor.
¿Quién no quiere un hijo así?
Por Elor Torroto
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario